Dúo de las cerezas, de L'Amico Fritz de Mascagni.
Grabación del año 1924.
FRITZ (solo, al proscenio)
Tutto tace...
Eppur tutto al cor mi parla...
Questa pace
Fuor di qui, dove trovarla?
Tu sei bella,
O stagion primaverile!
Rinnovella
Fiori e amori il dolce aprile!
SUZEL
(rientrando dalla porta dell'orto, col grembialino pieno di ciliege)
Qual incanto
Nel risveglio d'ogni fiore!
Riso e pianto,
tutto è palpito d'amore!
Tutto il prato
D'un tappeto s'è smalato...
Al Signore
S'alza l'inno di ogni core!
Tras el éxito de Cavalleria rusticana, Mascagni en un cambio de imagen extraordinario musicó en 1891 una historia de amor que si transcurría en un ambiente igualmente rural como la anterior, por contenido era diametralmente opuesta. L'amico Fritz, a partir de la novelita de Emile Erckman y Alexandre Chatrian, trata de los tejemanejes celestinos del rabino David para que el terco solterón del título se case con la hija de su fattore (encargado), la joven, bella y, por ende, encantadora Suzel. Todo el desgarro de Cavalleria es aquí idílico candor, en un ejercicio de pintura de situaciones y climas, de escritura realmente fascinante. Está expuesto todo esto, al asegurar que uno de los momentos más hermosos de la partitura es el llamado "dúo de las cerezas". La partitura está llena de momentos deliciosos que permiten a sus intérpretes el lucimiento, con frases más cantables que expresables, al contrario del naciente verismo del que Mascagni fue uno de sus portaestandartes. Música llena de encanto, de pretendida sencillez, cándida y acariciante. Fernando Fraga.