Miguel Fleta, tenor, como Duque de Mantua. Rigoletto.
Orquesta de la Scala de Milán
Director: Arturo Toscanini
1924
Ya he dicho en otro sitio que Miguel Fleta fue una de las mejores voces de su tiempo. Tras su muerte en 1938 su estela se fue injustamente desvaneciendo y su merecida fama de antaño apenas es hoy recordada por unos pocos. TenÃa, como todos los divos, un genio indomable y la seguridad que tenÃa en si mismo le enfrentó hasta con el mismÃsimo Arturo Toscanini.
El autor de su biografÃa Alfonso Carlos Saiz Valdivielso, en su libro «Memoria de una voz», recoge una anécdota durante la interpretación en la Scala de Milán, en 1924, del aria de Rigoletto «La donna è mobile» que Fleta interpreto contraviniendo a las indicaciones del director de la orquesta, Arturo Toscanini. Durante uno de los filados de Fleta, Toscanini no esperó y puso en marcha la orquesta dejando en evidencia la disarmonÃa entre director e intérprete.
Al término de la obra, Fleta reconvino a Toscanini con quien sostuvo una tensa conversación:
-¡Mire maestro, no vuelva a ponerme en evidencia!
-¡Haré lo mismo cada vez que usted pretenda enmendarle la plana al autor!
- ¡Eso ya lo veremos!
-¡Claro que lo veremos!
-¡Pues sepa - le espetó Fleta- que el público viene a verme a mà que estoy de frente, y no a usted que está de espaldas!
Tres dÃas más tarde, en una nueva representación, el orgulloso español claudicó frente al mestro e interpretó el ária según sus instrucciones.
Pocas semanas después, Puccini, a punto de morir, aún no ha acabado de componer el acto III de última ópera: Turandot. Habla con Toscanini a quien revela que sus tenores favoritos para representar a Calaf son Beniamino Gigli o Giacomo Lauri Volpi. Toscanini guarda silencio y Puccini se da cuenta de que el mutismo de su amigo es elocuente:
-¿Tú qué opinas?
-Que Calaf exige una voz plena de melancolÃa
-¡MelancolÃa, melancolÃa! - replica el compositor-. ¡Qué voz tiene melancolÃa!
- ¡La de Miguel Fleta! -contesta Toscanini
-¿De modo que prefieres a ese diablo español?
-Si he de ser yo quien elija desde luego.
Asà fue como Fleta interpretó en Milán, en 1926, dos años después de la muerte de su autor, el papel de Calaf. Un año antes, Franco Alfano, el autor de «Cyrano de Bergerac», habÃa acabado la ópera que el compositor italiano habÃa dejado inconclusa. Toscanini fue el encargado de estrenar la obra de su fallecido amigo, pero al llegar a la mita del tercer acto, justo allà donde habÃa quedado inconclusa la ópera, bajó la batuta y dijo al público: "Aquà acabó el maestro. En esta nota falleció" y abandonó el atril.
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